Frasco de luz
Había más de una vez • Portada
En esta oportunidad las dos escritoras se pusieron de acuerdo en
un gran desacuerdo, casi acordado, que simplemente concuerda
al leer los cuentos… A veces las historias sólo tienen en común
las ganas de ser contadas… Y ese es el acuerdo más placentero
que podemos acordar.
un gran desacuerdo, casi acordado, que simplemente concuerda
al leer los cuentos… A veces las historias sólo tienen en común
las ganas de ser contadas… Y ese es el acuerdo más placentero
que podemos acordar.
Con ustedes, ¡una nueva entrega de la sección “Había más de
Una Vez”! Comenzamos con un cuento de Luciana
Schwarzman, ilustrado por Luciana González Verbauwede.
Una Vez”! Comenzamos con un cuento de Luciana
Schwarzman, ilustrado por Luciana González Verbauwede.
Frasco de luz
Zoe metió el último bichito de luz en el frasco y lo cerró. Le hizo unos
agujeros diminutos para que pudiesen respirar. Lo agitó despacio así
movieran las colas y de a poco fuesen haciendo dibujos de luz.
agujeros diminutos para que pudiesen respirar. Lo agitó despacio así
movieran las colas y de a poco fuesen haciendo dibujos de luz.
Con la figura reflejada del mar, Zoe le dio un mordisco a la luna.
Cuando apareció una ola, de esas rasposas con espuma, sorbió
a la noche desde el pico de una botella que traía un mensaje y quedó
anclada entre dos piedras musgosas. Ya cuando los bichitos de luz
titilaban para iluminar otra imagen, Zoe se había acomodado junto
a un mejillón.
Cuando apareció una ola, de esas rasposas con espuma, sorbió
a la noche desde el pico de una botella que traía un mensaje y quedó
anclada entre dos piedras musgosas. Ya cuando los bichitos de luz
titilaban para iluminar otra imagen, Zoe se había acomodado junto
a un mejillón.
a la vez, apoyado en la línea en que la noche
se come al mar. Y viceversa.
Zoe guardó un pestañeo para despedirlo.
Comenzó a respirar en frío mientras que un
vaivén de cuna la acercaba a su encuentro.
El silencio seco en los oídos traspasó ecos
de profundidad. Tironeada, hundió el brillo
verde que la acobijaba. Dejó recuerdos en
frascos, noches de luz y bichitos de cristal.
Comenzó a respirar en frío mientras que un
vaivén de cuna la acercaba a su encuentro.
El silencio seco en los oídos traspasó ecos
de profundidad. Tironeada, hundió el brillo
verde que la acobijaba. Dejó recuerdos en
frascos, noches de luz y bichitos de cristal.
http://revistaterminal.cl/web/2012/11/frasco-de-luz/
Ilustración: Luciana González Verbauwede
http://lugverbauwede.blogspot.com
Comentarios
Publicar un comentario