Samira
Ilustración: Luciana G. Verbauwede http://lugverbauwede.blogspot.com/
Samira
Samira lloró
hasta inundarse los pies.
Los vio metidos en el barro.
Plantados.
Samira lloró
hasta sentir verdecer.
Las piernas erguidas espinaban
una tristeza de amor
a flor de piel.
Samira lloró
hasta ver sus brazos tendidos al sol.
Lo recibió con las palmas abiertas;
hizo de su amado una flor.
Y le agradeció a la tierra.
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